*Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo. Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.*
(Colosenses 4:5-6)
En los versículos anteriores Pablo acaba de pedir a los hermanos en Colosas que oren por él, para que Dios le de oportunidades de compartir a Cristo.
Y ahora nos aconseja acerca de esto mismo a nosotros…
En cada relación damos testimonio de Cristo, con nuestras actitudes y nuestras palabras. Ser sabios es poder aprovechar cada oportunidad que se nos brinda para compartir el Evangelio.
Con gracia, dice Pablo, y tiene que ver con que el Evangelio es para todos, para el medico que nos atiende, para la empleada de una tienda que nos vende un par de medias, para el electricista que vino a arreglar algo a casa, para la mamá de un compañero de nuestros hijos…
Para las eminencies y para los ninguneados, y a cada uno de ellos tenemos que adaptarnos nosotros. Tenemos que poder compartir a Jesús con el nene de 5 años, con el hombre que apenas sabe garabatear su nombre, y con el medico o dueño de estancias.
Qué el Señor nos dé siempre oportunidades de compartirle y nos ayude a hacerlo de la manera más adecuada, según con quien estemos hablando, y sobre todo, que el Espíritu del Señor sea el que obre en cada corazón.
Qué el Señor nos bendiga!