Seguidores primero, líderes segundo
Puede ser fácil olvidar, especialmente si ocupamos puestos formales de liderazgo, que ser un líder no es nuestra identidad ni nuestra vocación. Somos primero hijos de Dios, llamados a seguir a Jesús.
Puede ser fácil olvidar, especialmente si ocupamos puestos formales de liderazgo, que ser un líder no es nuestra identidad ni nuestra vocación. Somos primero hijos de Dios, llamados a seguir a Jesús.